El Evangelio de Bernabé: testigo y víctima.
Por el investigador Murad Abdul Wahab Shawabkah.
Alabado sea Allah Todopoderoso por la bendición del Islam, la mayor bendición que alguien puede tener.
Realmente
nos sentimos orgullosos de ser musulmanes y seguidores del Profeta
Muhammad (la paz sea con él), el más honorable ser humano que jamás se
haya creado y miembro de la más caritativa nación traída a la
humanidad. Todos los profetas y mensajeros trajeron buenas noticias
sobre esta nación y este Profeta (la paz sea con él), y ordenaron a su
pueblo a seguir y a apoyar a este Profeta si vivieran en su época. Por
lo tanto, no es extraño encontrar entre los textos de la Biblia
referencias a este tema, a pesar de los esfuerzos de distorsión.
El
oro brilla a pesar de todo el polvo que puede caer sobre él; y Allah
Todopoderoso pone de manifiesto la verdad a fin de tener pruebas.
¿Quién fue Bernabé?
Bernabé
fue uno de los discípulos del profeta Jesús (la paz sea con él) y el
escritor del Evangelio que incluye la correcta narración de muchos
acontecimientos de esa época. Sin embargo, en el año 492 d.C., el Papa
Gelasio prohibió su circulación porque se oponía al concepto de
divinidad otorgado al profeta Jesús (la paz sea con él). El Monje
latino Fra Marino obtuvo el Evangelio de la biblioteca privada del
Papa, lo leyó y luego se convirtió al Islam; al igual que el Dr.
Khalil, estudioso del cristianismo, como se menciona en el prefacio de
su traducción de este Evangelio.
La
descripción de Bernabé en los Evangelios revela a un hombre honesto y
veraz, y uno de los discípulos más devotos, como es mencionado en el
Libro de los Hechos de los Apóstoles:
“Al
enterarse de esto, la Iglesia de Jerusalén envió a Bernabé a Antioquía.
Cuando llegó y vio la gracia que Dios les había concedido, él se alegró
mucho y exhortaba a todos a permanecer fieles al Señor con corazón
firme. Bernabé era un hombre bondadoso, lleno del espíritu Santo y de
mucha fe. Y una gran multitud adhirió al Señor.” Hechos 11: 22 – 26.
La
pregunta es: ¿por qué muchas personas se unieron a él, y abogaron por
su llamada? Esto se debe a que su fe era la del Profeta Muhammad (la
paz sea con él), la fe que es clara y sencilla, la fe que no incluye
los misterios irresueltos de la trinidad, ni los conceptos cristianos
que necesitan años para ser entendidos, si es que pueden serlo.
El Evangelio de Bernabé.
Las siguientes son algunas citas de este Evangelio omitido.
Los versos 1 al 15 del capítulo noventa y seis del Evangelio de Bernabé dicen lo siguiente:
“Una
vez terminada la oración, el Sacerdote dijo en voz alta: ‘Quédate,
Jesús, ya que necesitamos saber quién eres para tranquilizar a nuestra
nación’.
Jesús
respondió: ‘Yo soy Jesús, hijo de María, de la estirpe de David, un
hombre que es mortal y teme a Dios, y lo que pretendo es que a Dios le
sean dados honor y gloria’.
El
Sacerdote contestó: ‘En el libro de Moisés está escrito que nuestro
Dios debe enviarnos al Mesías, quien vendrá para anunciarnos lo que
Dios desea, y traerá al mundo la misericordia de Dios. Por lo tanto, te
ruego que nos digas la verdad, ¿eres tú el Mesías de Dios a quien
esperamos?’
Jesús
respondió: ‘Es cierto que Dios así lo ha prometido, pero en verdad os
lo digo, yo no soy él, ya que él fue hecho antes que yo, y vendrá
después de mi.’
El
Sacerdote contestó: ‘Por tus palabras y señales creemos con certeza que
tú eres un profeta y un santo de Dios, así que te pido en el nombre de
toda Judea e Israel, que por amor de Dios nos digas de que manera
vendrá el Mesías.’
Jesús
respondió: ‘Como que Dios vive y ante Cuya Presencia comparece mi alma,
yo no soy el Mesías a quien todas las tribus de la Tierra esperan, tal
como Dios prometió a nuestro padre Abraham, diciendo: En tu descendencia Yo bendeciré a todas las tribus de la Tierra.
Pero cuando Dios me lleve del mundo, Satanás hará surgir de nuevo esta
maldita sedición, haciendo que los impíos crean que yo soy Dios o hijo
de Dios, con lo cual mis palabras y mi doctrina serán contaminadas;
tanto, que escasamente quedarán allí 30 fieles; y entonces Dios tendrá
piedad del mundo, y enviará a Su Mensajero para quien Él hizo todas las
cosas; quien vendrá desde el Sur con poder, y destruirá a los ídolos
junto con los idólatras; quien le quitará a Satanás el dominio que
tiene sobre los hombres. Él traerá consigo la Misericordia de Dios para
salvación de quienes crean en él, y bendito sea quien crea en sus
palabras.”
En
cuanto a la buena noticia de la venida del próximo profeta, se menciona
al Profeta Muhammad (la paz sea con él) con su descripción. En el
capítulo noventa y siete leemos los versos 4 al 10 como siguen:
“Entonces
dijo Jesús: ‘Con vuestras palabras no me consuelo, ya que donde
esperáis luz vendrán tinieblas; sino que mi consuelo está en el
advenimiento del Mensajero, el cual destruirá toda falsa opinión acerca
de mí, y su fe se extenderá y se apoderará del mundo entero, ya que así
lo prometió Dios a Abraham nuestro padre. Y lo que me consuela es que
su fe no tendrá fin, sino que será mantenida inviolada por Dios.’
El Sacerdote contestó: ‘Después de la llegada del Mensajero de Dios, ¿vendrán otros profetas?’
Jesús
respondió: ‘Después de él ya no vendrán verdaderos profetas enviados
por Dios, sino que surgirá un gran número de falsos profetas; lo cual
me aflige, ya que Satanás los hará aparecer por el juicio justo de
Dios, y ellos se escudarán bajo el pretexto de mi Evangelio’.”
Más aún, el nombre del Profeta Muhammad (la paz sea con él) es mencionado en los versos 13 al 18 del mismo capítulo:
“Entonces dijo el Sacerdote: ‘¿Cómo será llamado el Mesías, y que señal revelará su advenimiento?’
Jesús
respondió: ‘El nombre del Mesías es admirable, ya que Dios mismo le dio
el nombre cuando Él creó su alma y la colocó en un esplendor celestial.
Dios dijo: Espera Muhammad; ya que por amor a ti Yo crearé el
Paraíso, el mundo, y una gran multitud de criaturas, lo cual te doy
como regalo, tanto que quien te bendiga será bendito, y quien te
maldiga será maldito. Cuando Yo te envíe al mundo Yo te enviaré como Mi
Mensajero de salvación, y tu palabra será veraz, tanto que el cielo y
la tierra fallarán, pero tu fe jamás fallará. Muhammad es su bendito nombre’.
Entonces
la multitud levantó la voz diciendo: ‘¡Oh Dios!, envíanos a Tu
Mensajero. ¡Oh Muhammad, ven pronto para la salvación del mundo!’”
Por último, sólo tenemos que leer las palabras de Allah Todopoderoso en el Noble Corán:
“Di:
‘¡Gente de la Escritura! Convengamos en una fórmula aceptable a
nosotros y a vosotros, según la cual no serviremos sino a Allah, no Le
asociaremos nada y no tomaremos a nadie de entre nosotros como señor
fuera de Allah’. Y, si vuelven la espalda, decid: ‘¡Sed testigos de
nuestra sumisión!’” Sura Al Imran (de la familia de Imran): 64.
Por el investigador Murad Abdul Wahab Shawabkah.
Alabado sea Allah Todopoderoso por la bendición del Islam, la mayor bendición que alguien puede tener.
Realmente
nos sentimos orgullosos de ser musulmanes y seguidores del Profeta
Muhammad (la paz sea con él), el más honorable ser humano que jamás se
haya creado y miembro de la más caritativa nación traída a la
humanidad. Todos los profetas y mensajeros trajeron buenas noticias
sobre esta nación y este Profeta (la paz sea con él), y ordenaron a su
pueblo a seguir y a apoyar a este Profeta si vivieran en su época. Por
lo tanto, no es extraño encontrar entre los textos de la Biblia
referencias a este tema, a pesar de los esfuerzos de distorsión.
El
oro brilla a pesar de todo el polvo que puede caer sobre él; y Allah
Todopoderoso pone de manifiesto la verdad a fin de tener pruebas.
¿Quién fue Bernabé?
Bernabé
fue uno de los discípulos del profeta Jesús (la paz sea con él) y el
escritor del Evangelio que incluye la correcta narración de muchos
acontecimientos de esa época. Sin embargo, en el año 492 d.C., el Papa
Gelasio prohibió su circulación porque se oponía al concepto de
divinidad otorgado al profeta Jesús (la paz sea con él). El Monje
latino Fra Marino obtuvo el Evangelio de la biblioteca privada del
Papa, lo leyó y luego se convirtió al Islam; al igual que el Dr.
Khalil, estudioso del cristianismo, como se menciona en el prefacio de
su traducción de este Evangelio.
La
descripción de Bernabé en los Evangelios revela a un hombre honesto y
veraz, y uno de los discípulos más devotos, como es mencionado en el
Libro de los Hechos de los Apóstoles:
“Al
enterarse de esto, la Iglesia de Jerusalén envió a Bernabé a Antioquía.
Cuando llegó y vio la gracia que Dios les había concedido, él se alegró
mucho y exhortaba a todos a permanecer fieles al Señor con corazón
firme. Bernabé era un hombre bondadoso, lleno del espíritu Santo y de
mucha fe. Y una gran multitud adhirió al Señor.” Hechos 11: 22 – 26.
La
pregunta es: ¿por qué muchas personas se unieron a él, y abogaron por
su llamada? Esto se debe a que su fe era la del Profeta Muhammad (la
paz sea con él), la fe que es clara y sencilla, la fe que no incluye
los misterios irresueltos de la trinidad, ni los conceptos cristianos
que necesitan años para ser entendidos, si es que pueden serlo.
El Evangelio de Bernabé.
Las siguientes son algunas citas de este Evangelio omitido.
Los versos 1 al 15 del capítulo noventa y seis del Evangelio de Bernabé dicen lo siguiente:
“Una
vez terminada la oración, el Sacerdote dijo en voz alta: ‘Quédate,
Jesús, ya que necesitamos saber quién eres para tranquilizar a nuestra
nación’.
Jesús
respondió: ‘Yo soy Jesús, hijo de María, de la estirpe de David, un
hombre que es mortal y teme a Dios, y lo que pretendo es que a Dios le
sean dados honor y gloria’.
El
Sacerdote contestó: ‘En el libro de Moisés está escrito que nuestro
Dios debe enviarnos al Mesías, quien vendrá para anunciarnos lo que
Dios desea, y traerá al mundo la misericordia de Dios. Por lo tanto, te
ruego que nos digas la verdad, ¿eres tú el Mesías de Dios a quien
esperamos?’
Jesús
respondió: ‘Es cierto que Dios así lo ha prometido, pero en verdad os
lo digo, yo no soy él, ya que él fue hecho antes que yo, y vendrá
después de mi.’
El
Sacerdote contestó: ‘Por tus palabras y señales creemos con certeza que
tú eres un profeta y un santo de Dios, así que te pido en el nombre de
toda Judea e Israel, que por amor de Dios nos digas de que manera
vendrá el Mesías.’
Jesús
respondió: ‘Como que Dios vive y ante Cuya Presencia comparece mi alma,
yo no soy el Mesías a quien todas las tribus de la Tierra esperan, tal
como Dios prometió a nuestro padre Abraham, diciendo: En tu descendencia Yo bendeciré a todas las tribus de la Tierra.
Pero cuando Dios me lleve del mundo, Satanás hará surgir de nuevo esta
maldita sedición, haciendo que los impíos crean que yo soy Dios o hijo
de Dios, con lo cual mis palabras y mi doctrina serán contaminadas;
tanto, que escasamente quedarán allí 30 fieles; y entonces Dios tendrá
piedad del mundo, y enviará a Su Mensajero para quien Él hizo todas las
cosas; quien vendrá desde el Sur con poder, y destruirá a los ídolos
junto con los idólatras; quien le quitará a Satanás el dominio que
tiene sobre los hombres. Él traerá consigo la Misericordia de Dios para
salvación de quienes crean en él, y bendito sea quien crea en sus
palabras.”
En
cuanto a la buena noticia de la venida del próximo profeta, se menciona
al Profeta Muhammad (la paz sea con él) con su descripción. En el
capítulo noventa y siete leemos los versos 4 al 10 como siguen:
“Entonces
dijo Jesús: ‘Con vuestras palabras no me consuelo, ya que donde
esperáis luz vendrán tinieblas; sino que mi consuelo está en el
advenimiento del Mensajero, el cual destruirá toda falsa opinión acerca
de mí, y su fe se extenderá y se apoderará del mundo entero, ya que así
lo prometió Dios a Abraham nuestro padre. Y lo que me consuela es que
su fe no tendrá fin, sino que será mantenida inviolada por Dios.’
El Sacerdote contestó: ‘Después de la llegada del Mensajero de Dios, ¿vendrán otros profetas?’
Jesús
respondió: ‘Después de él ya no vendrán verdaderos profetas enviados
por Dios, sino que surgirá un gran número de falsos profetas; lo cual
me aflige, ya que Satanás los hará aparecer por el juicio justo de
Dios, y ellos se escudarán bajo el pretexto de mi Evangelio’.”
Más aún, el nombre del Profeta Muhammad (la paz sea con él) es mencionado en los versos 13 al 18 del mismo capítulo:
“Entonces dijo el Sacerdote: ‘¿Cómo será llamado el Mesías, y que señal revelará su advenimiento?’
Jesús
respondió: ‘El nombre del Mesías es admirable, ya que Dios mismo le dio
el nombre cuando Él creó su alma y la colocó en un esplendor celestial.
Dios dijo: Espera Muhammad; ya que por amor a ti Yo crearé el
Paraíso, el mundo, y una gran multitud de criaturas, lo cual te doy
como regalo, tanto que quien te bendiga será bendito, y quien te
maldiga será maldito. Cuando Yo te envíe al mundo Yo te enviaré como Mi
Mensajero de salvación, y tu palabra será veraz, tanto que el cielo y
la tierra fallarán, pero tu fe jamás fallará. Muhammad es su bendito nombre’.
Entonces
la multitud levantó la voz diciendo: ‘¡Oh Dios!, envíanos a Tu
Mensajero. ¡Oh Muhammad, ven pronto para la salvación del mundo!’”
Por último, sólo tenemos que leer las palabras de Allah Todopoderoso en el Noble Corán:
“Di:
‘¡Gente de la Escritura! Convengamos en una fórmula aceptable a
nosotros y a vosotros, según la cual no serviremos sino a Allah, no Le
asociaremos nada y no tomaremos a nadie de entre nosotros como señor
fuera de Allah’. Y, si vuelven la espalda, decid: ‘¡Sed testigos de
nuestra sumisión!’” Sura Al Imran (de la familia de Imran): 64.